El inglés técnico no tiene secretos para mi .

El deporte de la marcha cada vez atrae a más gente a las calles para practicarlo, este deporte donde andar y correr se fusionan con ciertas normas atrae cada vez a más gente a practicarlo, a pesar de ser un deporte complicado y con mucha disciplina. La marcha aparece a nivel mundial en los juegos intercalado de Atenas de 1906 organizado por la IAAF. 

La norma básica de esta disciplina es que los dos pies tienen que estar en contacto con el suelo de forma que el ojo humano lo tiene que ver y además de esto las rodillas no se pueden flexionar. Un buen control de la técnica nos puede llevar a ponernos al borde del reglamento para ir más rápido, los mejores corredores irán al límite pero sin sobrepasarlo.

La acción del corredor puede dividirse en dos partes, los movimientos principales y los movimientos de apoyo, los movimientos principales hacen que la parte inferior del corredor pueda avanzar hacia delante y los movimientos de apoyo se ubican en el tronco y los brazos, que nos permite realizar el balanceo que nos ayudará a avanzar. En la fase donde una pierna está completamente apoyada en el suelo, la rodilla tiene que esta completamente extendida para que el paso sea válido. Según el reglamento la rodilla tiene que estar en extensión en el momento que una pierna está completamente apoyada con el cuerpo en vertical. En la siguiente fase en el cual avanzamos con una pierna, la rodilla es necesario que se doble pero no tanto como en la técnica de carrera ya que tiene unos límites según las normas. La rodilla de la pierna que avanza tiene que estar al mismo nivel que la pierna que se encuentra completamente apoyada en hiperextensión.



Una buena realización de la técnica reduce el centro de gravedad del que la realiza,  además la cadera acompaña la acción con un movimiento circular parecido a un rolido del cuerpo, lo que nos ayuda al avance y a la hiperextensión de la pierna. Este balanceo también ayuda al deportista a reservar energía para la larga marcha que le espera.


El movimiento de los brazos está sincronizado con el avance, haciendo el movimiento de forma muy disciplinada, el codo ha de ir a unos 90 grados durante todo el trayecto, además de llevar los hombros relajados para un movimiento amplio del brazo que nos ayude a avanzar. El tronco tiene que ir recto pero no rígido ya que necesitamos amplitud de movimiento.


La fase de doble apoyo depende de la velocidad del corredor pero es muy corta, vemos que la pierna delantera apoyada en el talón tiene un gran ángulo de fuerza e impulsa el cuerpo hacia delante mientras que la pierna trasera nos da la verticalidad del tronco. Otro factor importante es el movimiento de la cadera que reduce el centro de gravedad haciendo que el corredor pueda aumentar la velocidad sin despegarse del suelo.




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