La activación

 Es un estado en el cual la persona se encuentra siempre alerta y con una gran atención, dicho estado es necesario para toda la actividad física.

Distinguimos tres tipos de activación, que son la física, psíquica y emocional. La física se centra en muchas variables fisiológicas como puede ser el ritmo cardíaco y la psicoemocional tiene que ver con todo lo relacionado a lo mental, como el estado de ánimo ola toma de decisiones.

Hay ciertos factores como pueden ser la competición o el estrés que contribuyen a una gran activación mientras que otros como la falta de interés o el agotamiento denotan una disminución de la activación.

En mi opinión, la activación en el deporte es fundamental ya que en cada cosa que hacemos de la vida diaria necesitamos estar concentrados y activos. Una mala activación puede llevar al traste mucho entrenamiento de nuestro día a día y hacer que nunca lleguemos a nuestro estado óptimo de forma, ya que un gran entrenamiento con falta de interés por ejemplo, jamás será nuestro mejor entrenamiento ni de lejos. Hay algún ejemplo de deportistas como Cristiano Ronaldo el cual destaca por una gran activación en su actividad física y podemos ver los grandes resultados que consigue. En la siguiente tabla podemos ver la relación entre el estrés y un estado óptimo para la actividad física donde se puede observar que un estrés controlado próximo a la fatiga nos ayuda a tener un mayor grado de activación sin llegar al agotamiento. Se llega a un punto llamado calma creativa donde obtenemos nuestro estado óptimo de activación. Por lo que podemos observar que para que el cuerpo llegue a una buena activación tiene que haber un mínimo de estrés que nos permita estar alerta pero que no nos llegue a saturar, esto se da mucho en competiciones donde las ansias por disputarla hagan que estemos concentrados y activos para un buen trabajo ya que la presión de la competición supone un plus para el deportista. En conclusión, podemos afirmar que el cuerpo necesita estímulos que lo mantengan activo ya sean retos como la competición o el estrés de un entrenamiento exigente.